FRAGMENTOS DE UNA MUJER: CRONOLOGÍA DE UN DUELO

Martha (Vanessa Kirby) es una mujer a punto de dar a luz. Ella y su pareja (Shia LaBeouf) han decidido tener a su hija en casa, de manera natural, con la ayuda de una partera, pero las cosas no salen como ellos esperan cuando la pequeña pierde la vida al nacer… Así comienza “Fragmentos de una mujer”, película que nos invita a reflexionar sobre cómo sobreponerse al drama e impacto de perder un hijo recién nacido.

En el siguiente ejercicio intentamos graficar en diferentes situaciones de la historia cada una de las fases del duelo que se van desarrollando (puede contener spoilers).

LA NEGACIÓN

Martha se mueve sin rumbo por la vida, sin asumir lo sucedido con su hija. En una escena la vemos asistir a una fiesta y cruzar miradas con un tipo que ni siquiera parece interesarle, un acto vacío para evadir la realidad. En ese momento de la historia se muestra la negación de la protagonista hacia lo que está viviendo, al igual que con su marido parece ni siquiera importarle demasiado.

LA IRA

La pareja no logra concordar en cómo seguir adelante, mientras eligen lápida para su fallecida bebé, los desacuerdos se hacen tan presentes que Martha decide, en lo que se podría considerar una muestra de ira o de darle quizás significado a todo lo que ocurre, donar el cuerpo de su hija para fines académicos y médicos. ¿Cómo seguir adelante y no querer gritar a todo pulmón? Martha continúa así su duro proceso de duelo.

LA DEPRESIÓN

Quizás no hay una escena específica para este punto, ya que todo el filme es un gran momento de sufrimiento. Mientras los protagonistas continúan alejándose, la pena se hace más profunda y corrompe todo a su paso, incluida la relación de pareja. El intento de buscar culpables es quizás el esfuerzo más tangible de superar el dolor, lo que ni siquiera parece ser efectivo en el transcurso del relato.

LA NEGOCIACIÓN

Para graficar esta fase tenemos una de las escenas clave de la cinta. Martha realiza un discurso profundo sobre cómo seguir adelante en el juicio por la muerte de la niña, dejando atrás la idea de que sin culpables no hay posibilidad de pasar la página. Aquí la negociación es con ella misma, es el intento de realizar un cambio de piel, con el fin de lograr vivir un mejor futuro.

LA ACEPTACIÓN

Marta lanza al mar las cenizas de su hija y entiende que, aunque llevará la herida por siempre en su interior, es posible seguir adelante. Así como deja ir el dolor, demuestra que está lista para construir nuevos recuerdos y una maternidad que se había visto interrumpida, pero nunca acabada.